25 de agosto de 2012

Cuentos de verano: El poder de la actitud.


El poder de la actitud

Lucas era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el respondía: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo".
Era un Gerente único porque tenía varios empleados que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que los empleados seguían a Lucas era por su actitud. Él era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Lucas estaba ahí para decirle al empleado como ver el lado positivo de la situación.
Ver este estilo de comportamiento realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Lucas y le pregunté: No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo ¿cómo lo haces?.
Lucas respondió: "Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo, Lucas, tienes dos opciones hoy: Puedes escoger estar de "buen humor" o puedes escoger estar de "mal humor". Escojo estar de "buen humor".
"Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello".
"Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida".
Si claro, pero no es tan fácil (protesté).
Si lo es, dijo Lucas. "Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección". "Tú eliges como reaccionas a cada situación, tú eliges como la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen humor o mal humor".
En resumen: "TÚ ELIGES COMO VIVIR LA VIDA".
 Reflexioné en lo que Lucas me dijo. Poco tiempo después, dejé la industria de restauración para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Lucas cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar a ella.
Varios años más tarde, me enteré que Lucas hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante: Dejó la puerta de atrás abierta una mañana y fue asaltado por 3 ladrones armados.
Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, Lucas fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de 18 horas de cirugía y  semanas de terapia intensiva, Lucas fue dado de alta aún con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con Lucas seis meses después del accidente y cuando le pregunté como estaba, me respondió: "Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo". Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó: "Lo primero que vino a mi mente fue que debía haber cerrado con  llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenía 2 opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir.
¿No sentiste miedo?, le pregunté.
Lucas continuó: "Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de médicos y enfermeras, realmente me asusté... podía leer en sus ojos: es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión... "
¿Qué hiciste? pregunté.
Bueno... uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo, grité: ¡Sí, a  las balas!,  Mientras reían les dije: "Estoy escogiendo vivir... opérenme como si estuviera vivo, no muerto". Lucas vivió por la maestría de los cirujanos pero sobre todo por su asombrosa actitud.

Aprendí que cada día tenemos la elección de vivir plenamente.
La ACTITUD, al final, lo es todo.

Autor: Carlos Ruy Martínez 

18 de agosto de 2012

Cuentos de Verano: El Valor de tus Actos

El Valor de tus Actos

            Un día, cuando era estudiante de secundaria, vi a un compañero de mi clase caminando de regreso a su casa. Se llamaba Kyle. Iba cargando todos sus libros y pensé: "¿Por qué se estará llevando a su casa todos los libros el viernes? Debe ser un “empollón". Yo ya tenía planes para todo el fin de semana.
            Fiestas y un partido de fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, así que me encogí de hombros y seguí mi camino.
            Mientras caminaba, vi a un montón de chicos corriendo hacia él. Cuando lo alcanzaron le tiraron todos sus libros y le hicieron una zancadilla que lo tiró al suelo. 
            Vi que sus gafas volaron y cayeron al suelo como a tres metros de él. Miró hacia arriba y pude ver una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus gafas. Vi lágrimas en sus ojos.
 Le acerqué a sus manos sus gafas y le dije, "esos chicos son unos tarados, no deberían hacer esto". Me miró y me dijo:
 "¡gracias!". Había una gran sonrisa en su cara; una de esas sonrisas que mostraban verdadera gratitud.
            Le ayudé con sus libros. Vivía cerca de mi casa. Le pregunté por qué no lo había visto antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela privada. Yo nunca había conocido a  alguien que fuera a una escuela privada.
            Caminamos hasta casa. Le ayudé con sus libros; parecía un buen chico. Le pregunté si quería jugar al fútbol el sábado conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el fin de semana. Mientras más conocía a Kyle, mejor nos caía, tanto a mí como a mis amigos. Llegó el lunes por la mañana y ahí estaba Kyle con aquella enorme pila de libros de nuevo. Me paré y le dije:
            "Hola, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos libros todos los días". Se rió y me dio la mitad para que le ayudara. 
            Durante los siguientes cuatro años nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estábamos por terminar la secundaria, Kyle decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema. Él estudiaría medicina y yo administración, con una beca de fútbol.
  
            Llegó el gran día de la Graduación. Él preparó el discurso.

            Yo estaba feliz de no ser el que tenía que hablar. Kyle se veía realmente bien. Era uno de esas personas que se había encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en todos los aspectos, se veía bien con sus gafas. Tenía más citas con chicas que yo y todas lo adoraban. ¡Caramba! Algunas veces hasta me sentía celoso... Hoy era uno de esos días. Pude ver que él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije:  

"Vas a estar genial, amigo". Me miró con una de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió:

            "Gracias", me dijo.

            Limpió su garganta y comenzó su discurso:  

            "La Graduación es un buen momento para dar gracias a todos aquéllos que nos han ayudado a través de estos años difíciles: tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles que ser amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir y, a este propósito, les voy a contar una historia". 

            Yo miraba a mi amigo incrédulo cuando comenzó a contar la historia del primer día que nos conocimos. Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. Habló de cómo limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él: para que su madre no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela. Me miraba fijamente y me sonreía.

            "Afortunadamente fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable". 

            Yo escuchaba con asombro como este apuesto y popular chico contaba a todos ese momento de debilidad. Sus padres también me miraban y me sonreían con esa misma sonrisa de gratitud. En ese momento me di cuenta de lo profundo de sus palabras:
           
            "Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para mal. Dios, o sabe Dios, nos pone a cada uno frente a la vida de otros para impactarlos de alguna manera".

            "Los amigos son ángeles que nos llevan en sus brazos cuando nuestras alas tienen problemas para recordar como volar"


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No lo olvides nunca...
Hay personas que se dedican a iluminar las vidas de otros con su alegría, y su cariño, y eso a veces vale mucho, y a veces vale TODO.
Quisiera dar las gracias a mis amigos... a los amigos de siempre (con los que compartí mi niñez y mi juventud y de los que sólo tengo recuerdos llenos de sonrisas), a los nuevos amigos de ahora (compañeros en mis diferentes avatares, con los que comparto mi vida de adulto)... espero teneros siempre a todos... y si me necesitáis yo también estaré siempre.  (José Manuel)

17 de agosto de 2012

Mi último libro. Desarrollo Emocional y Organizacional en tiempos de crisis. 1ª Parte

Somos emociones y son nuestros estados emocionales los que conforman nuestra forma de ser, nuestra forma de estar y nuestra forma de actuar... sea cual sea nuestro cometido, sea cual sea nuestro sitio, sea cual sea nuestra vida. Intentaremos dar respuesta a preguntas vitales para nuestro “mejor estar” y sobre todo mostraremos estrategias que puedan hacer de nuestro trabajo un lugar mejor para trabajar y que puedan hacer de nuestra vida, una vida mejor para vivir. En este proceso de aprendizaje en desarrollo organizacional y emocional se busca: 1. Saber más de uno mismo, de los otros y del entorno (el verdadero conocimiento). 2. Poder hacer algo que en otros tiempos no conseguiríamos hacer (la actitud). 3. Adquirir una nueva habilidad o destreza (aptitud). 4. Dejar de ser la persona o individuo que uno era (el cambio). Este primer volumen tratará sobre: Salud organizacional, motivación y confianza, comunicación efectiva, autocontrol emocional, liderazgo, persuasión y adaptación al cambio. Sugeriremos lecturas diversas y visionado de películas en cada uno de nuestros capítulos... que deseamos pasen a ser capítulos de tu vida. ¿Compartes conmigo este viaje?

Si te interesa descubrir más... puedes adquirir el libro en este enlace (Disfrútalo)

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15 de agosto de 2012

Cuentos de verano: ¿Cuánto Vales? y Sé Feliz


¿Cuánto Vales?

           Juan, con el rostro abatido de tristeza se reúne con su amiga Maria en un bar a tomar un café.

            Deprimido descargó en ella sus angustias...que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación...todo parecía estar mal en su vida.

            Maria introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 euros y le dijo:

 - Juan, ¿quieres este billete?

            Juan, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:

 - Claro Maria...son 50 euros, ¿quién no los querría?


             Entonces Maria tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacer una pequeña bola. 

             Mostrando la estrujada pelotita marrón a Juan volvió a preguntarle:

 - Y ahora igual lo quieres?

 - Maria, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 euros, claro que los tomaré si me lo entregas.

            Entonces Maria desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con su pie, levantándolo luego sucio y  marcado.

 - ¿Lo sigues queriendo?

 - Mira Maria, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 50 euros y mientras no lo rompas conservará su valor...

 - Entonces Juan, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo hayas sido...lo que debes preguntarte es Cuánto Vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

            Juan se quedó mirando a Maria sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.

            Maria puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:

 - Toma, guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... ¡pero me debes un billete NUEVO de 50 euros para poder usar con el próximo amigo que lo necesite!


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            Y tú cuánto vales??. Mucho verdad… pues adelante.

            Hoy quiero recordar un video que me acompaña siempre en los malos momentos… y me ayuda mucho. Sólo escuchar la música me induce al buen rollo… pero intenta leer los mensajes y observar los dibujos… para ello necesitarás ver el video más de una vez. Pon tus altavoces a tope. (Sé Feliz)

            Sé feliz… vales mucho.

José Manuel









Cuentos de Verano: Ascender por resultados

Ascender por Resultados


 Juan trabajaba en una empresa hacía dos años. Era muy serio, dedicado y cumplido con sus obligaciones. Llegaba muy puntual, y estaba orgulloso de no haber recibido nunca ni una amonestación. Cierto día, buscó al gerente para hacerle una petición:

- "Señor, trabajo en la empresa desde hace dos años con, bastante esmero, y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido dejado de lado. Mire, Fernando ingresó en un puesto igual al mío hace sólo seis meses, y ya ha sido promovido a supervisor."

- "¡Ahá!", contesto el gerente. Y, mostrando cierta preocupación, le dijo:
- "Mientras resolvemos esto, quisiera me ayudes a resolver un problema. Quiero dar frutas para la sobremesa del almuerzo de hoy. Por favor, averigua si en la tienda de enfrente tienen frutas frescas."

Juan se esmeró en cumplir con el encargo, y a los cinco minutos estaba de vuelta.

- "Bien, ¿qué averiguaste?"
- "Señor, tienen naranjas a la venta."
- "Y, ¿cuánto cuestan?."
- "¡Ah!, no pregunté."
- "Bien. ¿Viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?."
- "Tampoco pregunté eso."
- "¿Hay alguna fruta que pueda sustituir a la naranja?."
- "No lo sé señor, pero creo..."
- "Bueno, siéntate un momento."

El gerente cogió el teléfono e hizo llamar a Fernando. Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que a Juan, y a los diez minutos estaba de vuelta. El gerente le preguntó:

- "Bien Fernando, ¿qué noticias me tienes?”
- "Señor, serían naranjas, las suficientes para atender a todo el personal y si prefiere tienen plátanos, papayas, melones o mangos. La naranja esta a 1,50 euros el kilo; el plátano a 2,20; el mango 2,30; la papaya y el melón a 1,80 euros el kilo."
- " Me dicen que si la compra es por cantidades, nos dan un descuento del 10 %. Dejé separadas las naranjas, pero si usted escoge otra fruta, debo regresar para confirmar el pedido."
- "Muchas gracias, Fernando. Espera un momento."

Entonces se dirigió a Juan, que seguía allí:

- "Juan, ¿qué me decías?."
- "Nada señor... eso es todo. Con su permiso."
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Para llegar a ser, primero hay que ser. No se trata de esfuerzo, se trata de capacidad. No se trata de trabajo, se trata de actitud. No se trata de aptitud, se trata de compromiso y responsabilidad. Todos podemos esforzarnos, ser aptos y trabajar, pero... sólo algunos poseen capacidad, actitud, compromiso y responsabilidad. 
Deseo que con el tiempo quienes nos dirijan no sólo se esfuercen, trabajen (que ya sería importante a la par que extraño) y tengan aptitudes, sino que tuvieran capacidad, actitud para el puesto que desempeñen, compromiso y responsabilidad con lo que hagan... sea cual fuere su cometido. 
Tiempos difíciles...? dependerá de los que estén al frente. 

José Manuel

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