19 de octubre de 2012

Sísifo y Ulises... 2 mitos y un programa de ayuda emocional: IRIS


SÍSIFO y ULISES

La necesidad de estudiar el burnout se ha hecho particularmente intensa en los servicios de salud. Promover la salud, prevenir la enfermedad, curar y rehabilitar, son tareas que producen satisfacciones, pero también muchos problemas y dificultades en los profesionales sanitarios de estos equipos. Estos profesionales suelen tener una alta tasa de trastornos y factores de riesgo asociados, debido entre otras variables a la fuerte tensión laboral a que se ven diariamente sometidos, pero especialmente a la falta de recursos para controlarla.
Pero el burnout no viaja solo; uno de sus compañeros de viaje es un tanto triste (la depresión), otros especialmente inquietos (la ansiedad y una elevada intensidad en la forma de responder ante el estrés) y que oscuro viste ese otro viajero que lo ve todo de negro (la debilidad psicológica). A estos compañeros de viaje los englobamos en un mismo término, el de “disfunciones emocionales”, ya que viajan en grupo y se encuentren relacionados, y no olvidemos que la afección subclínica de estas alteraciones también son generadoras de malestar.
Para poder manejar el burnout (y las disfunciones emocionales asociadas), es necesario “aprender de él”, de su “comportamiento”, de su “manera de distribuirse y de desarrollarse”; entonces estaremos en disposición de saber controlarlo, evitarlo, o hacerlo salir de nuestras vidas.
A través de programas de intervención psicológica, se pueden limitar los efectos negativos de esos “viajeros” que amargamente nos acompañan, e incluso podríamos ganarles la partida; el programa I.R.I.S. surgió para intentarlo, obteniendo resultados tremendamente esperanzadores.
Pero, además es posible, con el programa IRIS, detectar a los trabajadores más susceptibles de padecer dicho síndrome y conocer qué tipo de características de personalidad se relacionan con una mayor incidencia de padecer disfunciones emocionales. A través de los mitos de Sísifo y Ulises queremos discernir sobre las características de personalidad implicadas en una mayor propensión a sufrir alguna disfunción emocional, para poder así prevenir e intervenir.

Sísifo y Ulises: dos personalidades, dos consecuencias

El tipo de trabajador que padece burnout lo asemejaremos con Sísifo, rey de Corinto (considerado el más astuto y taimado de los hombres). Retó a los mismos dioses aún sabiendo que la lucha era desigual, queriendo escapar de las leyes de Thánatos (la Muerte). Por ello fue condenado por los dioses a empujar eternamente una roca hasta lo alto de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso, teniendo que volver a comenzar, una y otra vez (La Odisea, xi. 593); los dioses pensaron, con cierta razón, que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. Nosotros lo identificaremos con aquel trabajador expuesto a los diversos estresores laborales, que intenta con los medios menos adecuados afrontar, o mejor dicho “enfrentarse” a su trabajo, cargando con la pesada piedra de su devenir laboral.
Por otra parte, encontramos en Ulises el tipo de trabajador que dispone de los recursos de afrontamiento necesarios para afrontar los avatares o las vicisitudes profesionales diarias, de hecho, Ulises, es considerado por muchos autores, “el hombre de los mil recursos”, ya que aparece como un hábil guerrero en la Iliada y un astuto y sagaz héroe en la Odisea (ambas obras del autor griego Homero). Su inteligencia maquinadora de ardides le permitirá superar todas las dificultades que se oponen al ansiado regreso.
En nuestro caso, será el reflejo del trabajador capacitado para desafiar a todos sus “monstruos” laborales y pasar indemne por todas las islas de las sirenas que a su paso encuentre.

Localizando a Sísifo

Los resultados obtenidos de la 1ª fase del programa IRIS nos llevaron a elaborar el perfil de aquellos trabajadores (Sísifo) más expuestos o susceptibles a padecer algún tipo de disfunción emocional y sería:

“Persona con un perfil de personalidad no dominante y no afectiva, es decir, o bien reservado e introvertido, distante y tímido, o bien frío de ánimo, no cordial, ni cálido, ni cooperativo, o bien inseguro e independiente”

Unido a:

“Sentimiento de carecer de la habilidad necesaria para desempeñar su tarea y/o estar cansado emocionalmente y/o poco realizado por el trabajo que desarrolla, con sobrecarga cuantitativa de su trabajo o bien con responsabilidad por otras personas y con interés por el desarrollo de su carrera”

Más:

“Tendencia hacia el perfeccionismo y a establecer criterios de rendimiento inflexible y excesivamente alto, o bien sentirse omnipotente o con tendencia a considerarse responsable de lo que ocurre a su alrededor y con escasa autonomía”

Formando a Ulises

En la fase de intervención de nuestro programa podemos preparar a un tipo de trabajador (Ulises) con unas características de personalidad y de comportamiento que favorezca su adaptación al medio y que prevenga o reduzca la aparición de disfunciones emocionales. Este trabajador sería:

“Una persona que valore los cambios de la vida con una actitud de desafío en lugar del sentimiento de verse amenazado, que perciba que controla el ambiente, que utilice estrategias de control ante las diversas situaciones, teniendo relaciones familiares y/o de pareja positivas, o al menos adaptadas. Por último, sería una persona alegre, animada, social y vivaz”.

Con el programa IRIS intentamos preparar Ulises y en cierta forma lo conseguimos.

Podemos detectar a “Sísifo”, prevengamos y tratemos. Podemos preparar a “Ulises”, formemos e intervengamos. Hagámoslo… Pero con un fin:
Trabajadores “sanos” = Empresas “sanas” = Pacientes/Clientes satisfechos



PROGRAMA IRIS

Tragedia, desierto, destrucción, vacío interior..., quizá estos términos sean los que mejor definan el burnout; cuánto de acertado estuvo Freudenberger. Pero aún más, podríamos, de un modo análogo, utilizar los términos estrés, soledad, ansiedad, depresión..., como sinónimos de aquellos. E incluso podríamos llegar a pensar que cuando el autor hace referencia al hecho de que los recursos internos se consumen, estuviera dando la clave para comprender el por qué de este problema de carácter preferentemente emocional que tanta y tanta repercusión negativa tiene sobre la salud de los profesionales sanitarios.

No hay mejor manera de solucionar un problema que haberlo comprendido previamente.

La necesidad de estudiar el burnout se ha hecho particularmente intensa en los servicios de salud.


Promover la salud, prevenir la enfermedad, curar y rehabilitar, son tareas que producen satisfacciones, pero también muchos problemas y dificultades en el personal de estos equipos, que suelen tener una alta tasa de trastornos y factores de riesgo asociados, debido entre otras variables, a la fuerte tensión laboral a que se ven diariamente sometidos. Ya que el burnout se ha ido convirtiendo en una amenaza a los equipos de salud, es de interés, de sumo interés saber identificarlo y manejarlo consecuentemente.

Para identificar el burnout, será necesario definirlo convenientemente, así como estudiar los modelos teóricos explicativos.Para poder manejar el burnout, es necesario “aprender de él”, de su “comportamiento”, de su manera de distribuirse y de desarrollarse; entonces estaremos en disposición de saber como controlarlo, como evitarlo, o como hacerlo salir de nuestras vidas. Algunos investigadores ya han intentado ponerle un “cerco” teórico, e incluso otros han llegado a “actuar” y han elaborado programas de intervención.
No estaría de más elaborar un programa de intervención que pudiera limitar los efectos negativos de esos “viajeros” que amargamente nos acompañan, e incluso podríamos, a partir de la implementación de dicho programa, ganarles la partida; el programa I.R.I.S. surgió para intentarlo y vaya si lo consiguió.
No sólo deseábamos exponer y nombrar una vez más un problema, sino que pretendíamos darle una solución, ya que quizá sea sólo lo que quedaba por hacer.

El principio ya fue, el fin está por llegar.


Esta es la introducción de mi Tesis Doctoral que puedes consultar y descargar en 


Puedes adquirir el Programa IRIS en: https://www.morebooks.de/store/es/book/programa-iris/isbn/978-3-8473-5008-8

9 de octubre de 2012

... una de conflictos y monos


El siguiente "experimento" reproduce el proceso de creación de la cultura en una organización determinada:


     1. Introducimos veinte monos en una habitación
     2. Colgamos un plátano del techo, bajo el cual situamos una escalera, siendo ésta la única manera de poder alcanzarlo.
     3.Se instalará un sistema que hará caer lluvia helada sobre toda la habitación cuando uno de los monos comience a subir por la escalera.
     4. Los monos aprenden rápido que no es posible subir la escalera evitando el sistema de agua helada.
      5. Posteriormente, se reemplazará a uno de los veinte monos por uno nuevo. Inmediatamente, intentará subir la escalera para alcanzar el plátano y, sin comprender la razón, será castigado a garrotazos por los otros.

6.     Reemplazar ahora uno de los viejos monos por otro nuevo. Entonces será golpeado a garrotazos también, y el mono introducido justo antes que éste será el que más fuerte le pegue.
7.     Continuar el proceso hasta cambiar a los veinte monos originales y que queden                        únicamente monos nuevos.
8.     Aunque se suprima el sistema de agua helada, ahora ninguno intentará subir la escalera, y más aún, si por cualquier razón a alguno se le ocurre pensarlo, éste será masacrado por el resto de los monos. Y lo peor es que ninguno de los veinte monos tendrá ni la más remota idea del porqué de la cosa.


Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así».

Todas las organizaciones humanas tienen su cultura. La cultura corporativa refleja los valores dominantes que comparten los miembros de una organización. Es sin duda un elemento clave que marca lo que es o no capaz de hacer cada empresa. Se conforma de muchas maneras, pero básicamente de las ideas y formas de actuar del fundador y directivos, y de la experiencia acumulada. Una cultura fuerte es muy difícil de cambiar, y ello aunque en ocasiones nadie alcance a saber porqué en la empresa se puede o no actuar de una determinada manera, como en el caso de los monos.

¿SE PUEDE CAMBIAR?  SI, pero... hay que querer :

Conocer. Reconocer. Asumir. Desaprender. Aprender. Ejecutar

En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión,  sino conocerla” (André Maurois)


Soy sólo uno, pero Todavía soy uno.
No puedo hacerlo todo, pero todavía puedo hacer algo…
No rechazaré algo que pueda hacHellen Keller










2 de octubre de 2012

Cuentos de otoño: Sobre el odio, la furia y la tristeza


La tristeza y la furia

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas.
Había una vez... un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.

de Jorge Bucay, "Cuentos para pensar"

La prisión del odio

 Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo en donde recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones. Una vez libres, volvieron a verse años después. Uno de ellos preguntó al otro:

- "¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?"

- "No, gracias a Dios ya lo olvidé todo", contestó. "¿Y tú?"

- "Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas", respondió el otro.

Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:

- "Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso"


FRAGMENTO LIBRO "Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de oriente", pág. 40 AUTORES Ramiro Calle y Sebastián Vázquez. Editorial Edaf

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